El Guernica visto por mi hijo.

Mi hijo Edu de 5 años me comentó la semana pasada que en clase están estudiando Picasso (muy pronto para su edad, pensé),  pero la verdad es que me ilusionó muchísimo que se interesara por el tema. Me habló del pintor y de sus obras, de cómo  empezó a pintar en color azul cuando murió su mujer denominando así su serie de aquella época, y de cómo comenzó a pintar en rosa cuando empezó a ser más feliz. No me lo pensé dos veces,  al escucharle decidí llevarle al Reina Sofía para que viera de verdad alguna de sus obras:  El Guernica.

Llamé a mi padre, experto en pintura y nos fuimos el sábado por la mañana con los dos niños a pasar una mañana entretenida.

Mientras andábamos por Atocha, el abuelo contó la historia del museo, cuando antes era un hospital. Añadió alguna que otra leyenda, como la de una niña que murió en aquel hospital y que ahora por las noches no deja dormir a los vigilantes. Eso hizo más emocionante la entrada al Reina Sofía.

Lo primero que hice nada más llegar es ir a la tienda del museo y comprar a cada niño, un cuaderno y un lápiz para pintar.

Directamente fuimos a la sala del cubismo y la guerra civil. Vimos los primeros trazos que Picasso pintó antes de componer el Guernica, y los niños se afanaban en dibujarlo en sus cuadernos. Fue divertido. Los visitantes que paseaban se acercaban con curiosidad para ver los bocetos que ellos con inspiración pintaban.

Entramos en la sala del Guernica y la verdad es que no sólo sorprendió a Edu, sino también al pequeño Gabriel con tan sólo dos años. "Qué cuadro más grande" decía. Había mucha gente agolpada para observar el inmenso cuadro así que no pudimos sentarnos en el suelo para pintarlo tranquilamente.

 El abuelo les explicó qué significaba el cuadro, quién se lo encargó a Picasso, y fue esbozando cada personaje del cuadro como si de un cuento se tratara. A Eduardo le asombró que en el lugar donde vive,  no hace mucho tiempo, hubo una guerra y como consecuencia  muriera gente. Eso le hizo pensar en lo terrible que debió ser, ya que en el cuadro se puede ver a una madre llorando con su hijo muerto en sus brazos. Sin embargo para Gabriel su centro de atención era la lengua del toro y el caballo, a lo que él le llamaba pinchos.



Después de una mañana entretenida y afanosa, nos fuimos a casa.  Por la tarde Edu intentó recrear de memoria el cuadro que había visto, y eso es lo curioso, porque si es complejo el cuadro, lleno de personajes y figuras, me di cuenta lo que realmente le impactó. He aquí el Guernica y lo que mi hijo aprendió de él:




El toro y el caballo colocado en diferentes posiciones al original, la mujer del centro gritando pero llevando el portavelas, la bombilla, y abajo el niño, esta vez sin su madre y con el cuerpo partido, o quizás el hombre que yace en el suelo del cuadro original.

 Es curioso el personaje del niño que está boca abajo y cae desde arriba. Edu me comentaba que era debido a la explosión de las bombas... creo que este personaje inventado por él resume el caos del Guernica y el terror de aquel día...  fusionó el cuadro con la historia contada por mi padre.

No quiero acabar sin antes poner un dibujo de Gaby,  así interpretó la obra "Cabeza de Caballo"...

En una ocasión Picasso comentó a sus amigos:  


"A los 12 años sabía dibujar como Rafael, pero necesité toda una vida para aprender a pintar como un niño"

Comentarios

  1. Bonito artículo, e interesante visita. A ver si Ari y yo nos animamos un día, que aunque el Guernica ya lo vi de niño (en El Casón del Buen Retiro), el Museo Reina Sofía no lo conozco.

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  2. Seguramente el próximo sábado iremos al Prado.

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  3. tiene un significado muy importante para las gentes que sufrieron las consecuencias de la guerra fracticidia, ESPERO QUE NO SUCEDA NUNCA MAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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