RUTA 1, 2010. CUENCA-LA RIOJA- SORIA-MADRID



Por fin salió el sol y desde entonces no hemos parado. Cogimos unos días de descanso dentro de la Semana Santa para poder disfrutar de lo que tanto nos gusta, viajar en nuestra autocaravana.

Hicimos un recorrido como siempre inesperado, y estas cosas ocurren cuando no se prepara bien. 

Todo comenzó cuando llamé a nuestros amigos, compañeros de viajes. "Quedamos en el camping de Berceo", me dijo mi amiga Eva. A lo que le respondí "muy bien, saldremos unos días más tarde que vosotros, así que allí nos vemos".

Por ahora, todo normal, estaba claro que nuestro destino era La Rioja.

Comenzamos nuestro viaje desde Cuenca, allí nos esperaba nuestra "Autocaravane". 

Edu se encargó de configurar el Tomtom, "¿Logroño?, por qué pones dirección Logroño?"- le dije... "pon la dirección directa: Arnedo", - "¿Arnedo, estás segura cariño?" me preguntó Edu, - "pues claro, que te crees, ¿que me inventado el nombre del pueblo?"

Y así lo hicimos, después de varias horas de viaje, cruzando por un puerto infernal, donde la carretera se estrechaba cada vez más, nos encontrábamos muy cerca de Arnedo. Edu me sugirió llamar a nuestros amigos para que nos indicaran exactamente dónde se encontraba el camping... "Pues cuando lleguéis a Berceo encontraréis una señal....


""¿¿¿¿Berceo???' ¡ahhhhhhhhhh!, dónde está Berceoooo???, ¿no era Arnedo?."

Pues sí, 100 km más, lo que supone una hora y media más de viaje... eso es lo que se llama ir sin preparar nada, algo que comienza a ser habitual en nuestras salidas.

La zona en cuestión es bonita, desde Arnedo, donde el río Cidacos es su protagonista, hasta Berceo, cuna de D. Gonzalo de Berceo y cerca de San Millán de la Cogolla, donde se encuentran los monasterios de Yuso y Suso.

Una vez vista la zona arrastré a todos hacia Soria, concretamente a Vinuesa. Este pueblo me trae muchos recuerdos, los veranos de mi infancia me los pasé allí, y tenía ganas de regresar. Me reencontré con amigos que hacía mucho que no veía. Recorrimos su paisajes, y nos adentramos a la Laguna Negra, que para sorpresa de todos, la laguna ese día no era de tan oscuro color:



El viaje fue estupendo, nos lo pasamos realmente bien, y disfrutamos como siempre mucho. Nos llovió, nos nevó, nos hizo viento, nos hizo sol, pasamos frío, hicimos deporte de aventura,  el Ratoncito Pérez nos volvió a visitar por la noche, enfermé, y de vuelta a Madrid nos pararon y nos pusieron una multa... pero eso es otra historia, y es que ir con autocaravana siempre es una aventura que no sabes cómo acabará, aunque siempre cuando llega el final cuentas los días para comenzar la próxima ruta.




Comentarios

  1. Eso si, las bicis ya llevan más de 3000 km sin bajarlas...

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