El huerto de mi casa es particular.
Llega el buen tiempo y descubro que tengo jardín en casa.
"¡Mirad niños tenemos un jardín y podemos salir a jugar!". Si es que en invierno ni me acuerdo lo que hay más allá de los cuatro muros. Lo que me apetece cuando hace frío es llegar a casa, encender la chimenea y tirarme en el sofá con un buen libro...bueno esto último es lo que me apetece pero nunca lo hago, siempre tengo peores cosas que hacer...
Hemos descubierto como cada primavera el columpio que nos regaló el abuelo Antonio, las decenas de balones que se han ido colando día tras día de los vecinos (ellos sí han debido salir con guantes y gorro), el nacimiento de las flores y la barbacoa...
Es estupendo...llegó el buen tiempo, el sol, las tertulias en el jardín, los partidos de minifútbol, revolcarse en el césped...es la hora de inventarse cosas que hacer... y eso he hecho.... he plantado un huerto.


Hemos plantado de todo, bueno rectifico, Edu ha plantado de todo, hasta judías, y eso que mi hijo mayor es alérgico, pero bueno ya habrá alguien que se las coma. Gaby con cuatro años se emperro en poner tomates cherry, sí, es que él es así de "fisno". Hoy sin ir más allá he visto como salía los primeros brotes de la planta del pepino, ¡ayyyy que ilusión me ha hecho!, ¡vamos a comer lo que nos da la tierra!.. mientras tanto voy a ver si veo por el Leroy un delantal monísimo de la muerte para celebrarlo!
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